¿POR QUÉ EL ESPÍRITU DE ELOI!

Porque a veces desvariamos entre amigos y compañeros pasando ratos divertidos tratando de reírnos de todo, por materializar esos buenos momentos en forma de un evento distraído y anarquista, porque el juego de palabras daba para el absurdo título pero el contenido es lo realmente importante.

Eloy Velasco es uno de los jueces de la Audiencia Nacional encargado de abrir algunas de las investigaciones contra las personas detenidas, su entorno y en general contra los y las anarquistas detenidos en la Operación Columna y la Operación Piñata. Ejerce como juez desde el año 1987 adquiriendo experiencia en diferentes juzgados de Vizcaya y Valencia, pasando a formar parte de la sala número 6 de la Audiencia Nacional a partir del año 2008. Todo un experto en la materia que parece estar especialmente interesado en seguir engordando su curriculum anti-terrorista a costa de los anarquistas.

Pero no sólo de dicho sujeto se nutre la Audiencia Nacional. Javier Bermúdez, recientemente fichado en Francia y habiendo abandonado España con una más que llamativa carrera represiva, fue el encargado de abrir las investigaciones contra  anarquistas  en la Operación Pandora, entre otras. De familia jurista, es miembro de la Audiencia Nacional desde el año 2004 y especialmente agradecido por su candidatura al sector más conservador del Poder Judicial que hizo posible su permanencia en el puesto. Es uno de los principales magistrados en la lucha contra el terrorismo en el Estado español y ha sido galardonado y reconocido en varias ocasiones por sus labores.

El Poder Judicial y quienes lo conforman, son uno de los pilares sobre los que se sustenta el Estado y la Democracia. Son los encargados de dirigir las operaciones policiales, abrir investigaciones, autorizar pinchazos telefónicos y permitir la “patada en la puerta” en nuestras casas. Son aquellos que bajo la subjetividad de sus ideas, deciden encarcelar y condenar a los tantos y tantas que han sido citados a declarar delante de sus señorías. Y son responsables directos, en la medida que en la que les concierne, de la represión y la opresión a las personas disidentes del régimen democrático.

Ellos, junto con el resto de vías, formas, tácticas e instituciones destinadas a reprimir (las escuelas, centros de trabajo, centros comerciales, las multinacionales, las comisarías, los ayuntamientos, el parlamento, la televisión, etc.) son los que señalan a quienes luchan como terroristas, siendo ellos los que se encuentran en las listas más sucias y manchadas de sangre de la historia de este país.